El cáncer es tan viejo como el cerebro humano y el animal. Si las plantas
tu vieran un cerebro ¿podrían también entonces ser capaces de provocar
cán ceres? Aún no puedo responder a esta pregunta.
Lo que es seguro es que el cerebro del hombre y del animal está construido
como un gran ordenador y que transmite códigos a las células del cuerpo,
estando cada una de éstas prácticamente ligada a una área cerebral
específica. Pero estas áreas cerebrales — lo mismo que las partes más
antiguas, tronco cerebral y cerebelo, y el cerebro propiamente dicho más
reciente en la historia de la evolución cerebral — pueden ser objetos de una
ruptura de campo, de un cortocircuito, que desarregla el ordenador cerebral.
Las célu las que corresponden al cuerpo reciben codificaciones erróneas y
proliferan de manera anárquica : degeneran en células cancerosas. No se
puede pro vocar el cáncer de manera artificial en una parte del cuerpo que
haya sido separada del cerebro. ¿Nos hemos preguntado el por qué ? Esa
es la prime ra de las tres preguntitas que tengo por costumbre hacer a mis
amigos cance rólogos.
Hace tiempo, los tumores eran rarísimos. A mitad del siglo pasado, la edad
media de nuestros antepasados no iba más allá de los 30 a 35 años. También
hoy en día es la edad en la que se encuentran menos cánceres. A parte de
los cánceres genitales, engendrados por conflictos cuya intensidad disminuye
con la sexualidad, la frecuencia de la mayoría de los cánceres aumenta con
la edad. Como consecuencia, se observan menos cánceres cuando los
hombre mueren más jóvenes.
El aumento de frecuencia del diagnóstico “cáncer” se explica también por
el perfeccionamiento de los métodos para detectarlo. Hace 20, 30 años,
sólo se diagnosticaban los cánceres bastante grandes o los que provocaban
síntomas clínicos alarmantes, tales como hemorragias, fuertes toses,
oclusiones intestinales, etc.